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¿Nos cuesta poner limites?

Recientemente un paciente me contó que al fin pudo poner límites. Fue en el momento en el que una compañera que venía de fiesta le quería cambiar el turno para que él solo durmiese 4 horas y ella pudiera dormir sus 8 horas, él se negó cuando otras veces había aceptado, pero por primera vez pensó en su descanso.


¿POR QUÉ NOS CUESTA TANTO ESTABLECER LÍMITES?


1. Miedo al rechazo


Uno de los motivos más frecuentes por los que evitamos poner límites es el temor a que la otra persona se aleje, se enfade o deje de querernos. Este miedo está muy ligado a la teoría del apego desarrollada por John Bowlby, la cual sostiene que nuestras primeras experiencias afectivas moldean nuestra forma de relacionarnos en la adultez. En concreto, las personas con apego inseguro (ansioso o evitativo) tienden a evitar el conflicto o la confrontación para no arriesgar el vínculo.

Además, estudios como los de Downey y Feldman (1996) sobre sensibilidad al rechazo refuerzan esta idea: quienes temen ser rechazados tienden a adaptarse a los deseos ajenos, incluso a costa de sus propios límites.


2. Culpa


Muchas personas experimentan culpa al poner límites, especialmente si fueron educadas en entornos donde cuidar a los demás era más importante que cuidarse a sí mismas. Esto se vincula con la psicología moral y del desarrollo, en especial con los estudios de Kochanska (2002), que muestran cómo desde edades tempranas se interiorizan normas y valores que pueden generar malestar cuando se intenta priorizar el autocuidado.

También influye el rol del “cuidador” en dinámicas familiares disfuncionales, donde el niño aprende a reprimir sus necesidades para sostener emocionalmente al entorno.


3. Patrones aprendidos


La capacidad de poner límites se aprende, y si no se ha modelado ni reforzado en la infancia, es difícil desarrollarla en la adultez. Esta idea se basa en el modelado social propuesto por Albert Bandura (1977), quien explicó que muchas conductas se adquieren observando a otros.

Si en casa no se permitía decir “no”, o los límites eran castigados o ignorados, la persona puede no haber incorporado esa habilidad en su repertorio emocional.


4. Evitación del conflicto


Otro motivo común es el deseo de evitar situaciones incómodas. Poner límites puede generar tensión, confrontación o malestar, y muchas personas prefieren ceder para no atravesar esas emociones difíciles. Esta conducta se explica desde la teoría de evitación experiencial, propia de la Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT) desarrollada por Steven C. Hayes (1996).

Según esta teoría, el malestar emocional no aceptado tiende a ser evitado, incluso si eso implica actuar en contra de los propios valores o necesidades.

 

5. Baja autoestima


Finalmente, cuando una persona no se siente valiosa o cree que sus necesidades no importan, le resultará especialmente difícil marcar límites. La investigación en autoestima (como la escala de Rosenberg, 1965) y autocompasión (Kristin Neff, 2003) muestra que una autoimagen debilitada está relacionada con la dificultad para priorizarse o defender el propio espacio.

Si no me valoro, ¿por qué habría de protegerme del exceso, del abuso o de la invasión emocional?

 

Referencias:

Downey, G., & Feldman, S. I. (1996). Implications of rejection sensitivity for intimate relationships. Journal of Personality and Social Psychology, 70(6), 1327–1343. https://doi.org/10.1037/0022-3514.70.6.1327

Kochanska G, Gross JN, Lin MH, Nichols KE. Guilt in young children: development, determinants, and relations with a broader system of standards. Child Dev. 2002 Mar-Apr;73(2):461-82. doi: 10.1111/1467-8624.00418. PMID: 11949903.

Bandura, A. (1977). Self-efficacy: Toward a unifying theory of behavioral change. Psychological Review, 84(2), 191–215. https://doi.org/10.1037/0033-295X.84.2.191

Hayes SC, Wilson KG, Gifford EV, Follette VM, Strosahl K. Experimental avoidance and behavioral disorders: a functional dimensional approach to diagnosis and treatment. J Consult Clin Psychol. 1996 Dec;64(6):1152-68. doi: 10.1037//0022-006x.64.6.1152. PMID: 8991302.

Neff, K. (2003). Self-compassion: An alternative conceptualization of a healthy attitude toward oneself. Self and identity, 2(2), 85-101.

 
 
 

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